Cantar las Misericordias del Señor 

Marie-Francoise Thérèse Martin nació en Alençon (Francia) el 2 de enero de 1873, quinta y última hija de una familia cristiana en medio de la cuál creció « rodeada de amor ».

Tenía cuatro años cuando falleció su mamá. Más adelante, otras tragedias vinieron a quebrantar su corazón de niña : su hermana Pauline, y después su hermana Marie, a quienes ella había escogido sucesivamente como « madrecitas », murieron a su vez.

A los diez años sufre de una enfermedad grave, pero « la sonrisa encantadora de la Santísima Virgen » la sanó. 

Durante la noche de Navidad de 1866, Teresita recibe « la gracia de salir de la infancia », es decir la gracia de su completa conversión.  Se lanza entonces en una « carrera de gigante » hacia el Dios-Amor que la agarró. Viajó de manera intrépida hasta Roma para arrodillarse a los pies del Papa afín de obtener así el permiso de entrar al Carmel a la edad de quince años,  el 9 de abril de 1888.

El Señor le hace descubrir poco a poco su « pequeña vía » de abandono y de confianza audaz en el Amor Misericordioso. 

Enumerando todos los deseos que el Señor le otorgó durante los años de su vida religiosa,  Teresita canta las misericordias del Señor :  « Después de tantas Gracias ¡cómo no cantar con el salmista « que el Señor es bueno, que su Misericordia es eterna » ! »

El 9 de junio de 1895, fiesta de la Santísima Trinidad, Teresa recibe la gracia de entender más que nunca  ¡cuánto Jesús desea ser amado! Segura de la ternura de Dios, ella se ofrece al Amor Misericordioso. Escribe : « ¡Ah! Desde aquel día tan feliz , me parece que el Amor me penetra y me rodea, me parece que a cada instante este Amor Misericordioso me renueva, purifica mi alma y no deja ni siquiera una marca de pecado ».

A pesar de la tuberculosis que la roe, Teresa sigue la observancia rigorosa del Carmel .En el cansancio y el sufrimiento físico y moral, ella sigue guardando el dominio de su ser, su paz que brota del olvido de ella misma y su caridad fraternal .

Durante el verano de 1897, el estado físico de Teresa se agrava cada vez más. Después de una agonía larga y dolorosa, el 30 de septiembre,  Teresita nace a la Vida en la Comunión de los Santos para esparcir una lluvia de rosas sobre el mundo. « Mi cielo lo pasaré sobre la tierra hasta el fin del mundo… No quiero descansar mientras que existan almas que salvar »

Teresa es canonizada el 17 de mayo de 1925. Es patrona de las Misiones. A partir del 19 de octubre de 1997 es Doctora de la Iglesia. Sus reliquias descansan en el Carmel y en la Basílica de Lisieux.